Se trata de la Cooperativa Montón que realizóun conversatorio junto a la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM). Elogios a la vivienda social como modelo de trabajo y desarrollo sostenible.
23 de diciembre de 2020, CABA (Ansol).- La Cooperativa Montón, de la Provincia de Córdoba, organizó un conversatorio virtual que contó con la participación especial de Gustavo González Soto, histórico integrante de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam).
En la misma se realizó un repaso que involucró la gestación del proceso uruguayo e intercambio de experiencias, a fines de avanzar en nuestro país con un programa que aborde la problemática de la vivienda con perspectiva política y cooperativista.
Gustavo González Soto relató, en un conversatorio junto a jóvenes argentinos, la historia del proceso cooperativista y las viviendas colectivas en la República Oriental del Uruguay que se extendía entre la década del ’20 y hasta finales de los ’50.
Luego expresó que «en esa época se estilaba que las propias familias obreras se construyeran sus propias viviendas, en tanto que para las clases medias el acceso a la casa propia no representaba un problema».
Sobre los ’60s señaló: “La cuestión de la vivienda comienza a ser un problema concreto, con una clase trabajadora que no tenía capacidad de ahorro y una clase media que ya no podía acceder con tanta facilidad. El Frente Amplio todavía no existía como fuerza política, y el país no contaba con un Fondo Nacional de Vivienda”.
En la declaración de principios de la Fucvam, disponible en su sitio web, se expresa que el movimiento surge de las entrañas mismas de la clase trabajadora, a fines de resolver la problemática de la vivienda y de gestar la vida digna y decorosa de todos los trabajadores y las trabajadoras que habiten que habiten aquellos barrios. En esta línea, dijo González Soto que «no se puede concebir en Fucvam sin comprender la participación de la clase obrera», y agregó:
“Cuando desafiás la propiedad privada capitalista, no podés construir para pobres: tenés que construir a menor costo, pero ofreciendo viviendas de mejor calidad. La gente de nuestro país ha descubierto que en la propiedad colectiva se vive bien. Son muchas décadas de haber trabajado la cultura del cooperativismo y de la autogestión, y hoy la mayoría de los uruguayos sabe de la calidad de nuestras viviendas”.
Fucvam tiene una política de 21 horas de trabajo semanal por cada núcleo familiar: esto implica que cada familia resuelve según su conveniencia la distribución de los tiempos y de la fuerza de trabajo que puede aportar, pero cumpliendo siempre con esas 21 horas semanales que exige a sus socios la Federación.
Este debate que se han dado allá por la década del setenta, pensando colectivamente en la mejor manera de avanzar con el proyecto. Es un esquema que exige un sacrificio, efectivamente, pero, como recuerda González Soto, “el único que puede tener una vivienda propia sin trabajar es el burgués. El resto, debemos trabajar y organizarnos políticamente, buscando las formas y las herramientas”.
Además aclaró que siempre es bueno generar proyectos políticos, pero teniendo presente que nada puede conseguirse sin conquistar los instrumentos fundamentales: la creación de una federación de cooperativas, la financiación estatal y un marco legal que ampare en el tiempo esa política de viviendas.
“Los modelos no se trasplantan mecánicamente, sino respetando la cultura y la idiosincrasia de cada pueblo. Pero hemos demostrado que este modelo de desarrollo de viviendas es para cualquier país donde haya trabajadores y gente pasando necesidad. Hay que tener visión política: si nuestras cooperativas no hubieran estado coordinadas en una federación, habríamos hecho casitas lindas, pero no hubiéramos podido organizarnos en un proyecto emancipador”.
fuente: www.ansol.com.ar