Las cooperativas de vivienda Covilan 50, Covisinpay y Coviappay construyen sus complejos en altura en el terreno de la antigua Paylana, al obtener sus préstamos por adjudicación directa del Ministerio de Vivienda. Los respectivos planes avanzan de acuerdo al cronograma establecido por la secretaría de Estado y el apoyo del Instituto de Asistencia Técnica (IAT). El proyecto se completará cuando comiencen sus obras Covisintex, Covigresa, Covije y Covimupay, que aguardan por nuevos sorteos del ministerio y Coviapp, que salió favorecida en diciembre de 2019 y espera la aprobación del proyecto ejecutivo como paso previo a la obtención del préstamo para comenzar sus obras.
La secretaría de Estado resolvió el 21 de abril, una modificación en el calendario de los sorteos para las cooperativas de viviendas en 2020, que se efectuaban en julio y en diciembre, a únicamente el establecido para el último mes del año. En un comunicado, explicó que “en función de las restricciones planteadas por la emergencia sanitaria”, prevé “otorgar 1.000 nuevos cupos en un sorteo primario para la construcción de viviendas cooperativas”. Aclaró que “a éstos se suman los de aquellas (cooperativas) que acceden directamente al préstamo, sin necesidad de pasar por la instancia de sorteo, al participar en 3 sorteos anteriores sin haber sido beneficiadas”. Según el ministerio, “nuevamente se estarán otorgando aproximadamente 2.000 cupos para los préstamos a las cooperativas. A su vez se prevé en función del tiempo y la capacidad económica de este Ministerio, generar un segundo llamado en el presente año, lo cual se comunicará oportunamente”.
EN EL TERRENO
La iniciativa de construir viviendas comenzó a gestarse en 2017 y, a partir de un concurso público organizado por la Intendencia y el ministerio, se presentaron ocho cooperativas conformadas a través de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam), la Federación de Cooperativas por Ahorro Previo (Fecovi) y el Plan de Vivienda Sindical (PVS).
El ministerio asignó un puntaje, a partir del estudio de cada proyecto, a fin de resolver la asignación directa de los préstamos para tres de ellas –una por cada federación– y las restantes acceden por los mecanismos habituales. La Intendencia comprometió la conexión de los servicios y demarcación de los terrenos ya adjudicados a los grupos mencionados.
“Las cooperativas avanzan por sí mismas y de acuerdo a los pasos del Mvotma. La mala noticia ha sido la suspensión del sorteo de julio, que nos cayó como un balde de agua fría porque teníamos la esperanza que saliera sorteada alguna más”, dijo Marcelo Romero, director de Obras de la Intendencia.
El jerarca, que encabezó las reuniones de coordinación y gestiones con delegados de las federaciones, reconoció que la etapa previa “llevó un tiempo importante. A nosotros y también a Guillermo Caraballo, como intendente, para lograr la financiación directa y que el proyecto tuviera esta salida. En esa etapa, la Intendencia hizo todo en acuerdo con el ministerio para la asignación de los terrenos y la selección de tres cooperativas para que obtuvieran la financiación directa”.
Romero señaló que las gestiones efectuadas durante el proceso “estuvieron dentro de nuestro ámbito, pero hasta ahora las cooperativas nos piden apoyo en trámites y documentación que tratamos de solucionar para que nada impida el avance del proyecto en Paylana, que es más amplio que la construcción de viviendas. Si bien es uno de sus componentes principales”.
El director de Obras informó que la actual administración permanece “expectante, por lo que resolverá el gobierno nacional y el destino de recursos, en particular para las cooperativas. Estuvimos reunidos con Fucvam, hablando de estos temas y hay una serie de recortes que esperemos no se efectivicen y lleguemos a fin de año con noticias más alentadoras”.
En el terreno y para las cooperativas en obra, “la Intendencia aporta la energía eléctrica para que tengan un servicio propio y les permita hacer tareas como la sereneada. Antes usaban generadores, pero son inconvenientes que se solucionan en reuniones periódicas”.
CON PRIVADOS
El desarrollo de las áreas destinadas para el uso de vivienda en el Proyecto Urbano de la antigua Paylana, concluirá con la construcción de 550 hogares, de acuerdo a lo anunciado por el entonces intendente Caraballo y se completará con inversiones privadas y una de viviendas para pasivos.
“Hay un lote destinado a privados y trabajamos en la generación de un llamado para poner a disposición esa área, a través de la denominada ley de vivienda promovida. Es la parte edificada que está por Setembrino Pereda entre avenida Salto y Horacio Meriggi. Se ubicaría entre la torre del BPS y el CAIF”, dijo a EL TELEGRAFO.
En Setembrino Pereda y Meriggi, se instalará un CAIF “en comodato por 30 años, pero falta que las autoridades avancen en el convenio. En este caso, no tenemos mayores novedades ante el cambio del gobierno”.
Por el lado de Luis Batlle Berres, “en la parte edificada, hay algunos lugares que también pueden destinarse a viviendas. Hay que ajustar detalles con algún emprendimiento productivo allí y ver hasta dónde conciliamos el trabajo con el uso residencial”.
Según Romero, “la implementación de actividades productivas obliga a hacer determinadas modificaciones a lo planificado inicialmente. Por lo pronto, tenemos cubierta esta etapa con las obras de tres cooperativas y otra para comenzar”.
VIVIENDAS PARA PASIVOS
La Intendencia, a través del Departamento de Obras, acondiciona el terreno ubicado en la esquina de Setembrino Pereda y avenida Salto, con destino a la construcción de una torre de viviendas para pasivos del Banco de Previsión Social (BPS), y “que la empresa empiece la obra adjudicada desde diciembre de año pasado. Porque, más allá de la pandemia, entendemos que esta obra puede avanzar”.
En ese sector del terreno, “hay edificaciones como un estacionamiento y depósito. Limpiamos la zona y delimitaremos para que el BPS construya una torre de 84 unidades que es imprescindible para avanzar con el proyecto y además, tiene una demanda altísima en Paysandú”.
Al momento del lanzamiento “ya había una demanda activa de 150 casos. Se hace urgente avanzar, porque ese espacio se reservó por las potencialidades que tiene, tanto en servicios como en accesibilidad, porque son personas mayores”.
Consultado sobre el tiempo transcurrido y la ausencia de movimientos en el lugar, Romero señaló que “por parte nuestra se hicieron los trámites ante la Junta Departamental para enajenar el predio y el ministerio aceptó. Está todo en condiciones y a la espera de una resolución de las autoridades”.
El director de Obras agregó que “no sabemos muy bien dónde está el problema porque tampoco tenemos comunicación oficial sobre la existencia de algún problema. La empresa averiguó hace un mes los datos para el permiso de construcción y, como en el caso de las cooperativas, es ágil porque para nosotros es prioritario. Pero no está la orden para comenzar”.
El intendente Mario Díaz se reunió en mayo con el director Nacional de Vivienda, Jorge Perini, a fin de conocer el avance en las gestiones para el comienzo de la obra. Díaz informó que el jerarca confirmó “para los próximos meses” el inicio de la construcción del edificio de 84 apartamentos.
En este sentido, EL TELEGRAFO intentó infructuosamente comunicarse con el representante de los pasivos en el directorio del BPS, Sixto Amaro, para conocer la situación de primera mano.
QUEDA POR HACER
Romero recordó que “la mayor parte del proyecto general está encaminado, con un aulario para la UTEC, que se encuentra en su etapa final y un Politécnico de UTU que se construye en el predio de la Escuela Nº33, pero forma parte del proyecto integral de la ex Paylana”.
En líneas generales, “ya se puede apreciar la transformación del predio y es una satisfacción. Sería como un sueño hecho realidad, por ejemplo, que todas las cooperativas construyan a la vez. Es una forma de empezar a generar infraestructura pública”.
En el predio, la Intendencia se abocó a demoler “una parte de la infraestructura de la fábrica para entregar otros terrenos en condiciones, como el caso de Coviappay, donde había galpones”. En ese sector, se complementará con espacios públicos “como una plaza, que en esa zona no hay y el terreno estará atravesado por camineros tanto hacia Setembrino Pereda como a Batlle Berres. Además de estacionamientos y sendas peatonales. Todo puede hacerse en 4 hectáreas”.
Al inicio, en el lanzamiento del proyecto, “manejábamos a nivel general, la construcción de unas 550 viviendas. Son 320 en total por el modelo cooperativo, 84 para pasivos y la posibilidad de que privados inviertan 80, 100 o más. Porque en los espacios que ya están edificados, puede destinarse al reciclaje, pero eso corresponderá a una segunda o tercera etapa del proyecto”.
Romero precisó que “necesitamos pagar la deuda contraída. Por ahora, venimos bien porque los primeros U$S 500.000 ya los pagó la Intendencia, que correspondieron al fideicomiso y después con lo que ingresó por los terrenos de las primeras tres cooperativas”.
El Fondo para el Desarrollo (Fondes) vendió a la Intendencia el padrón 5.083, correspondiente a la antigua textil, por U$S 1,5 millones. La comuna sanducera efectuó un pago inicial de medio millón de dólares, provenientes del fondo destinado a la cartera de tierras del fideicomiso Paysandú. El millón de dólares restante se abona en cinco cuotas iguales y consecutivas de un monto base de U$S 200.000, el 30 de abril de este año, de 2021, 2022, 2023 y 2024. El pago supera el período del gobierno actual, por lo tanto fue necesaria la aprobación de la iniciativa –por mayoría– en la Junta Departamental de 30 votos en 31.
fuente: www.eltelegrafo.com