Fucvam logró un avance al reconsiderar el Ministerio de Vivienda su decisión en torno a los sorteos para vivienda. Al mismo tiempo, la federación se encuentra inmersa en diversas tareas de solidaridad ante el impacto de la pandemia de Covid-19.
Finalmente el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) dejó sin efecto su decisión de reducir a la mitad la adjudicación de préstamos para las cooperativas de vivienda. Si bien estaba previsto que en diciembre se procediera a sortear créditos para financiar la construcción de 2.000 unidades habitacionales, la cartera había decidido una reducción y financiar tan solo mil unidades.
La decisión fue resistida por las organizaciones cooperativas, las que lo denunciaron ante la opinión pública y reclamaron que la medida fuese reconsiderada.
Esta semana las autoridades de Vivienda informaron a los cooperativistas que la medida había sido dejada sin efecto y que, además, por una nueva resolución se iba a incluir por adjudicación directa a aquellas cooperativas que no habían sido favorecidas en sorteos anteriores.
Gustavo González, presidente de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam) explicó a Caras y Caretas el alcance de la resolución ministerial. “Nosotros tenemos cooperativas a las que les llamamos de arrastre. Son aquellas que se presentaron a tres sorteos y nunca habían salido sorteadas. Son muchas. Ahora van a darle financiación a todo ese arrastre, aparte del sorteo. Va por adjudicación directa. Ahí hay cerca de mil viviendas, más las de diciembre. Y además en la resolución dicen que podría haber, según como viniera el presupuesto, otro sorteo”.
Las dudas sobre el cumplimiento de ese cronograma están dadas por los anunciados recortes que el gobierno se propone aplicar en el próximo presupuesto quinquenal, agregó González.
No obstante, para el dirigente de Fucvam la decisión del Mvotma constituye una rectificación en la dirección correcta.
Sin embargo, Fucvam mantiene el largo conflicto por el IVA y los intereses de financiación. “Mantenemos el conflicto del 2% por resolver así como el reclamo de exoneración del IVA a los materiales de construcción”.
Esos temas estuvieron sobre la mesa durante la reunión que la federación mantuvo con la ministra de Vivienda, Irene Moreira, pero hasta el momento no ha habido cambios.
La LUC y la vivienda
En otro orden, González explicó que Fucvam realizó un estudio sobre la Ley de Urgente Consideración (LUC) y su relación con la vivienda. “Entre las cosas que nos preocupan está la idea de darles la propiedad a los asentamientos irregulares. Es una propuesta de puño y letra de Hernando de Soto, que es un economista neoliberal peruano, asesor del Banco Mundial”.
La idea de De Soto consiste en otorgar títulos de propiedad a los ocupantes irregulares. De esa manera, asegura el economista, los títulos de propiedad permitirían disparar el desarrollo social y económico en los sectores más pobres. Esta experiencia se ha llevado adelante en ciudades como Lima, por ejemplo, con resultados cuestionados.
Otro tema que preocupa a la federación es el de los alquileres sin garantía, “lo que suena muy raro y que además puede habilitar desalojos express, perjudicando a las familias”.
González reflexionó sobre que en la LUC “no aparece ni una línea de las cooperativas de vivienda. Esto puede ser bueno o muy malo, porque también está planteado que Mevir trabaje a nivel urbano. Esta es una vieja idea del gobierno de Luis Alberto Lacalle, que no la pudo concretar, y que procura desalentar al cooperativismo de vivienda”.
Solidaridad cooperativa
La pandemia del coronavirus Covid-19 ha puesto en tensión a las cooperativas de vivienda, las que han tenido que echar mano a todos sus recursos y desplegar iniciativas en materia solidaria. “Tenemos un registro de más de 40 cooperativas que están haciendo distintas actividades. Algunas tienen que ver con cuidados, por ejemplo, a los veteranos se les hacen los mandados. En otras, si los mayores tienen que hacer trámites, se ponen autos a la orden y se los lleva. Luego tenemos ollas. Otros hacen recolección de alimentos y con un listado de compañeros que estén en seguro de paro o despedidos se les entrega una canasta”, explicó González.
“Hay cooperativas que trabajan con la olla del barrio, donde van las organizaciones barriales, sindicales, depende mucho de cada zona y de las características de cada una”,
subrayó.
“Ahora estamos tratando de registrar esas experiencias porque esto no va a terminar ahora. O sea, ver cómo podemos armar algo para más adelante”,
subrayó.
Recordó que durante la crisis de 2002:
“tuvimos lo que se llamaba Plan Alimentario, que consistía en una recolección de alimentos con todos los que no estaban desocupados; teníamos un registro de estos, se hacían las canastas y se llevaban. Por obvias razones no podemos hacerlo, por el coronavirus, pero la idea es reflotar, si no el mismo, por lo menos algo similar”.
fuente: www.carasycaretas.com.uy